11 de diciembre de 2013

Queridos fantasmas:

Seamos sinceros, la mayoría de los niños no se imaginaban que serían así a esta edad. Muchos de ellos se pensaban con los estudios acabados, con un trabajo que les gustase y les dejase tiempo libre, con unos kilitos menos y la inexistencia de la palabra "ojeras", con los amigos de toda la vida y una apasionante vida social, viajando por placer a lugares exóticos... la lista es larga. Un@, cuando es pequeñ@, no sabe exactamente qué es el pesimismo.

No sé a ustedes, pero a mí me pasa que si no estoy estudiando pienso que estoy perdiendo el tiempo. Ésta es una de las razones por las que he dejado de lado el blog. Se te echa encima el tiempo, el dinero de las asignaturas y sus incrementos, la responsabilidad, el agobio, la frustración... si no estás "sufriendo" parece que no estás avanzando (que tampoco avanzas, no creas) y los hobbies se vuelven un cargo de conciencia. Podría quedar la cosa ahí, pero también me da la sensación de que estoy perdiendo el tiempo mientras estudio, porque tiendo a pensar que me estoy perdiendo cosas que podría estar haciendo en ese mismo momento. 


Leí hace dos semanas un artículo de El País donde se habla de este tema. Básicamente nos cuenta que por el entorno en el que nos movemos vivimos aceleradamente por cierto miedo a desperdiciar la vida. Las dudas con respecto a si hemos escogido la opción más adecuada, la sensación de que los demás están más liberados que nosotros y la frustración de no avanzar pese a "ir más rápido": ARTÍCULO.

Desperdiciar el tiempo, desperdiciar la vida... no quiero ser alarmista, pero vamos a morirnos mañana. Es así. Hace poco salió un artículo en el que una enfermera nos contaba las cinco cosas que la gente más lamenta en su lecho de muerte, a saber: 

  • El no haber tenido el coraje de vivir una vida fiel a sí mismo, en vez de la vida que otros esperaban.
  • El no haber trabajado menos.
  • El no haber tenido el coraje para expresar los sentimientos.
  • El no haber estado en contacto con los amigos.
  • El no haberse permitido ser más feliz.

Les dejo el ARTÍCULO por si lo quieren leer.

Isabel Allende decía aquello de "ya todos estamos en edad de tirar por la borda los sentimientos que no sirven para nada y quedarnos sólo con aquellos que nos ayudan a vivir". La pregunta es ¿cómo hacerlo? Manuales hay muchos, teoría es lo que sobra, pero la práctica es otra cosa. Algo que tiene que ver más con el corazón que con cualquier razonamiento. Hablar del corazón nos puede sonar chirriante, no me imagino yo hablando del corazón en una clase de Derecho, pero Emilio Duró llegó a nombrar que nada importante es escogido con la razón, que ésta no es la que os hará fracasar ya que lo que te destroza la vida es que se te muera un ser querido, que estén enfermos de cáncer, que ni te recuerden por el alzheimer...

Es un tema extenso, pero no quiero alargarme. Simplemente quería hacer ver que hay más gente planteándose estas dudas, que hay más gente con días y años grises, que la estafa de la vida nos ha tocado a la mayoría y ahora es necesario cambiar el chip y buscar nuestro patrón de vida, olvidando el que nos vendieron cuando eramos niños.

Y como parece que no estoy tranquila hasta que les cuelo una película de por medio, tengo que dejar aquí el trailer de "La vida secreta de Walter Mitty".

4 comentarios:

  1. ¡Me ha gustado mucho el post! Esa peli ilustra muy bien lo que cuentas en él. Tenemos que verla :)

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    1. ¡Sí! Espero que no la estén exagerando, porque dicen demasiadas cosas buenas de ella.

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